martes, 27 de octubre de 2009

Las tribus urbanas y el consumo



Hip Hop, Góticos, Skaters, Rollers, Barristas, Punks, se caracterizan por mantener un patrón estético entre varios individuos de la misma tendencia. Suelen estar acompañados de fuertes convicciones sociopolíticas, creencias religiosas, de estética o de carácter místico, dependiendo del movimiento o tribu perteneciente. Estas subculturas se manifiestan a través de diferentes preferencias en el ocio, en el entretenimiento, en el significado de los símbolos casi como ideologías, en el uso de los medios sociales de comunicación y en el lenguaje.

Estudiar otra cultura consiste en estudiar el simbolismo de esta, que se asocia a la música, la ropa y otras costumbres. Por ejemplo , un tatuaje puede otorgar un sentido de pertenencia, lo mismo que un peinado o una determinada forma de vestir.

En la última década, los medios masivos y la música se han transformado en un aspecto importante en la vida de los jóvenes. Sus gustos, costumbres, formas de vestir, hablar y de relacionarse están guiadas por los mensajes que reciben, especialmente en lo referido a sus preferencias musicales. Así es que aparecen ritmos como por ejemplo el hip hop, punk, metal, reggae, rock, pop, nü metal y new age, entre otros, que van definiendo las nuevas formas que tiene la juventud de agruparse en pequeños grupos urbanos.

Por ejemplo, la ropa (elemento característico e identificador de muchas de estas tribus). Ésta es valiosa para separar categorías culturales de tiempo, espacio, género, etnia y clase social, puesto que la vestimenta en sí representa principios culturales.

Estas subculturas proporcionan grandes oportunidades de marketing para los estrategas.

La importancia que tienen las tribus urbanas para el marketing y el consumo es muy grande, puesto que son personas fieles a sus marcas (tema que trataré en posteriores entradas del blog) y grupos de referencia, por lo tanto es vital concentrarse en sus experiencias de consumo y las connotaciones que le dan a los productos. Son ellos quienes generan un submundo en donde crean sus propios códigos de comunicación, su propio merchandising, sus propios sitios web, blogs o fotologs y un envidiable y efectivo “boca a boca” a la hora de agruparse para lograr o informar algo.